Montevideo, Uruguay
July 25, 2011
Daniela Hirschfeld, SciDevNet
Siete años después de autorizar los dos primeros maíces transgénicos en Uruguay, el gobierno de ese país aprobó (21 de junio) el cultivo y producción comercial de cinco nuevas variedades, decisión que generó polémica entre expertos y organizaciones ambientalistas.
Las nuevas variedades son las GA21 y NK603 de Monsanto —resistentes al glifosato— y las GA21XBT11 y MON810XNK603, de Monsanto y TC1507, de Dow AgroSciences y Pioneer, resistentes a insectos lepidópteros.
Uruguay ya había aprobado las variedades MON 810 (Monsanto) en 2003 y BT11 (Syngenta) en 2004.
Pero en 2006, el gobierno estableció una moratoria de 18 meses para que se elaborara un marco para el análisis y autorización de transgénicos.
Finalmente, en 2008 se aprobó un decreto que definió la manera de trabajar para la gestión y análisis de riesgo asociado a transgénicos en Uruguay.
“Desde entonces y hasta la fecha se realizaron análisis de riesgo de 13 eventos nuevos para soja y maíz”, y las nuevas autorizaciones son resultado de esos estudios, dijo a SciDev.Net Cecilia Jones, directora ejecutiva del Instituto Nacional de Semillas.
No fue un cambio filosófico respecto a los transgénicos, sino “un cambio de normativa”, agregó Jones, pues “el decreto de 2008 explicita el interés de llevar adelante una política de coexistencia entre vegetales GM y no GM”, detalló.
Durante el proceso de análisis, la medida generó cuestionamientos de expertos y ambientalistas, pero Jones aseguró que “todas las consultas recibidas fueron analizadas y la Comisión de Gestión de Riesgo en Bioseguridad se reunió con las organizaciones para dar respuesta y analizar esas preocupaciones”.
Sin embargo, Pablo Galeano —autor de un estudio que halló contaminación cruzada de maíz GM y no GM en Uruguay—, cuestionó también el mecanismo de consulta.
Según dijo a SciDev.Net, mientras para las autorizaciones de las dos primeras variedades se usaron audiencias públicas, ahora el gobierno anunció en la prensa que se abría un espacio por dos semanas para enviar comentarios a una dirección de correo electrónico, y luego en una página oficial colgó informes sobre evaluación de riesgos de las variedades estudiadas.
Pero Galeano detalló que hubo informes a los que sólo se pudo acceder yendo personalmente a una oficina gubernamental relacionada. “Esto hace que para cualquier ciudadano interesado en participar en el proceso de consulta pública sea muy difícil acceder a la información y desestimula la participación”, lamentó.
Por su parte, la ONG Redes-Amigos de la Tierra alertó en un comunicado de prensa que “existen vacíos de información tanto en lo referente a la seguridad ambiental como a la inocuidad alimentaria” para la aprobación de estas variedades.
Seven years from now, transgenic will be authorized again in Uruguay
Source: SciDevNet via Checkbiotech, Translated by Dominique Spirig
The new varieties are the first to be approved in Uruguay since 2004.
Seven years after the first authorization of transgenic corn in Uruguay, the government approved on June 21 the cultivation and the commercial production of five new varieties, a decision that caused controversy among experts and environmental organizations.
The new varieties are GA21 and NK603 (resistant to glyphosate) and GA21XBT11 and MON810XNK603 from Monsanto, as well as, TC1507 from Dow AgroSciences and Pioneer, which are resistant to lepidopteran insects.
Uruguay already approved the varieties MON 810 (Monsanto) in 2003 and BT11 (Syngenta) in 2004. However, in 2006 the government established an 18-month moratorium to elaborate a framework for the analysis and authorization of transgenics.
Eventually, in 2008, the government of Uruguay approved a decree defining the guideline for the management and analysis of risks associated with transgenics.
“Since then until now, risk analyses have been performed for 13 new varieties of soy and corn,” which resulted in these new authorizations, as explained to SciDev.Net by Cecilia Jones, executive director of the National Institute of Semillas.
“It was not a change of philosophy about transgenics, but rather a change in the rules,” added Jones, since “The decree of 2008 states the interest of carrying forward a policy of coexistence between GM and non-GM crop.
During the progression of analyses, the measure raised concern among experts and environmentalists, but Jones assured that all inquiries would be analyzed, and the committee of risk management in biosafety met with the organizations to respond to and analyze those issues.
However, Pablo Galeano, author of a study that uncovered cross-contaminations between transgenic and non-transgenic corn in Uruguay, questioned the reviewing methods of the government.
According to SciDev.Net, while the authorizations of the first two varieties were based on public audiences, the government has now announced to the press the opening of a time window of two weeks to send commentaries to a given e-mail address, after which information about risk evaluations of the varieties being studied will be displayed on an official page.
Nevertheless, Galeano specified that this piece of information would only be accessible to people ready to go personally to a government-related office. This means that for any citizen interested in participating to the procedure of public review, it will be very difficult to access any information, which may therefore discourage participation,” Galeano regretfully explained.
Yet, in a press communication from the NGO Redes-Amigos de la Tierra warned that “there is lack of information regarding both environmental as well as food safety” for the approval of these varieties.
The original article was written by Daniela Hirschfeld in Spanish for SciDev.Net