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Moldy mayhem in store for sugar beet pest
Un hongo beneficioso para la remolacha azucarera
ARS News Service
Agricultural Research Service, USDA
Jan Suszkiw, (301) 504-1630, jsuszkiw@asrr.arsusda.gov 
February 17, 2000

A beneficial fungus that ravages sugar beet root maggots could give farmers a new, natural defense against the pest.

Though it is under half-an-inch long, the maggot's assaults on sugar beet crops cost growers millions of dollars annually. Up to 38 percent of America's sucrose for condiments, baked goods, and other products comes from the 1.5-million-acre sugar beet crop. Nearly half is treated with granular insecticides like chlorpyrifos to kill root maggots, offspring of the fly species Tetanops myopaeformis.

As they feed, maggots badly scar sugar beet roots, causing yield losses of 10 to 100 percent. Now, a new species of fungus--Syngliocladium tetanopsis--may help curb the pest's sweet tooth. Chris Wozniak discovered the fungus in 1994 and in September received a U.S. patent (#5,955,071).

His laboratory and field studies at the Agricultural Research Service indicate Syngliocladium's spores can be sprayed or "seeded" into soils as a biological pesticide. Dormant until a maggot makes contact, the missile-shaped spores bore into their host's body to germinate, destroying
organs and tissues.

In petri dish experiments, this killed 95 to 100 percent of exposed, newly hatched maggots in three to five days. Eighty-five to 96 percent of older, final-stage maggots died after several weeks. Yet scientists didn't observe a similar fate in non-host insects, including beneficial lady bugs and
lace wings or pests like Colorado potato beetles.

Wozniak's chief colleague is Ann Smigocki, at ARS' Molecular Plant Pathology Lab in Beltsville, Md. ARS is the U.S. Department of Agriculture's principal research arm. Wozniak, now at EPA's Biopesticide and Pollution Prevention Division, continues collaborating with Smigocki.

They're seeking a commercial partner to help develop the fungus into a biopesticide product that growers can use as an alternative to conventional insecticides. Coated onto beet seed, for example, it could be applied to soils where maggot-killing chemicals can harm non-target insects, or endanger groundwater. Use of the fungus, which doesn't infect plants, could also spare seedlings from phytotoxic harm caused by some insecticides.

Scientific contacts: 
Ann Smigocki, ARS Molecular Plant Pathology Lab, Beltsville, Md., phone (301) 504-5848, fax (301) 504-5320, smigocki@asrr.arsusda.gov; or 
Chris Wozniak, EPA Biopesticide and Pollution Prevention Division, phone (703) 605-0513, fax (703) 308-7026, wozniak.chris@epamail.epa.gov.

Un hongo beneficioso para la remolacha azucarera

Servicio Noticiero del Servicio de Investigación Agrícola (ARS siglas en inglés)
Departamento de Agricultura (USDA siglas en ingles)
Jan Suszkiw, (301) 504-1630, jsuszkiw@asrr.arsusda.gov 
17 de febrero, 2000

Un hongo beneficioso que mata a los gusanos que comen la raíz de la remolacha azucarera podría darle a los granjeros una defensa nueva y natural contra el parásito.

Los ataques del gusano pequeño en las cosechas de la remolacha azucarera cuestan millones de dólares en pérdidas anualmente. Hasta 38 por ciento de la sucrosa de América usados para condimentos, productos horneados, y otros productos, vienen de esta cosecha. Casi mitad de las cosechas se tratan con insecticidas granulares como el "chlorpyrifos" para matar los gusanos, descendientes de la especie de mosca "Tetanops myopaeformis."

Mientras que se alimentan los gusanos con la raíz, ellos dañan gravemente las raíces de la remolacha, causando pérdidas de producción de 10 a 100 por ciento. Ahora, una nueva especie de hongo -- "Syngliocladium etanopsis" -- puede ayudar a contener el apetito del parásito. El cieníifico Chris Wozniak descubrió el hongo en 1994 y en septiembre recibió un patente (# 5.955.071).

Sus estudios para el Servicio de Investigación Agrícola (ARS siglas en inglés) en el laboratorio y el campo indican que las esporas del hongo se pueden rociar o "sembrar" en los suelos y usadas como un pesticida biológico. Inactivos hasta que un gusano hace el contacto, las esporas entran al cuerpo del gusano para germinar, destruyendolo por dentro.

En experimentos, esto mató en tres a cinco días de 95 a 100 por ciento de los gusanos nuevamente empollados. Desde 85 a 96 por ciento de los gusanos más viejos en su etapa final murieron después de varias semanas. Sin embargo, los científicos no observaron un destino similar en insectos beneficiosos o en el parásito llamado "Colorado potato beetle."

La colega principal de Wozniak es Ann Smigocki de ARS, quien trabaja en el Laboratorio de Patología de Plantas en Beltsville, Maryland. ARS es la agencia principal de investigación del Departamento de Agricultura. Wozniak, ahora con la Agencia de Protección del Medio Ambiente, continúa colaborando con Smigocki.

Están buscando a un socio comercial para ayudar a desarrollar el hongo como un producto de biopesticida que los cultivadores puedan utilizar como una alternativa a los insecticidas convencionales. El hongo podría ser aplicado a los suelos donde los productos químicos pueden dañar insectos beneficiosos o poner en peligro la agua subterránea. El uso del hongo, que no infecta las plantas, también podría salvar las plantas de semilla contra el daño tóxico causado por algunos insecticidas.

Contactos científicos: 
Ann Smigocki, ARS Molecular Plant Pathology Lab, Beltsville, Md., phone (301) 504-5848, fax (301) 504-5320, smigocki@asrr.arsusda.gov; or
Chris Wozniak, EPA Biopesticide and Pollution Prevention Division, teléfono (703) 605-0513, fax (703) 308-7026, wozniak.chris@epamail.epa.gov

USDA news release
N2508

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