January 12, 2007
ARS News Service
Agricultural Research Service, USDA
Alfredo Flores, (301) 504-1627,
alfredo.flores@ars.usda.gov
Genetic technology developed by
Agricultural Research Service (ARS) scientists and cooperators
suggests that cottonseed could one day become a significant
source of low-cost protein for the developing world.
The research team, headed by Keerti Rathore at the Institute for
Plant Genomics and Biotechnology, Texas A&M University, and ARS
chemists Robert D. Stipanovic and Lorraine S. Puckhaber in
College Station, Texas, found a way to genetically reduce the
amount of the natural toxin known as gossypol in cottonseed.
Stipanovic and Puckhaber are with the ARS Cotton Pathology
Research Unit, part of Southern Plains Agricultural Research
Center in College Station.
The research team showed that by coupling what's known as RNA
interference technology, or RNAi, with a seed-specific gene
promoter, it's possible to significantly reduce gossypol levels
within cottonseed and not reduce the levels of gossypol and
related compounds in the foliage. The presence of these
compounds in the foliage helps protect the plant from attack by
insects.
Gossypol is a toxic pigment that can be safely ingested only by
ruminant animals with complex stomachs, so most of the
nutritious meal produced during cottonseed processing is
currently sold as cattle feed.
Use of the RNAi technology to develop new cotton lines could
lead to plants with low enough gossypol levels in the seed that
the 44 million metric tons of cottonseed produced yearly could
be used to provide roughly 10 million metric tons of protein.
This would help meet the total protein needs of almost a half
billion people.
In addition, U.S. consumers craving a new and nutritious snack
food could soon be reaching for crunchy "TAMU nuts," which were
developed at Texas A&M over 20 years ago. Reduced-gossypol
cotton seeds have a nutty flavor and crunch.
The research was published in a recent edition of the
Proceedings of the National Academy of Sciences.
ARS is the U.S. Department of Agriculture's chief scientific
research agency.
Tecnología reduce el gosipol en la semilla de algodón
Servicio Noticiero del Servicio de Investigación Agrícola (ARS
siglas en inglés)
Departamento de Agricultura (USDA siglas en inglés)
Alfredo Flores, (301) 504-1627,
alfredo.flores@ars.usda.gov
Una tecnología genética desarrollada por científicos del
Servicio de Investigación Agrícola (ARS) y colaboradores sugiere
que la semilla de algodón algún día pueda ser una fuente
significante de una proteína de bajo costo para el mundo en vía
de desarrollo.
El grupo de investigación dirigido por Keerti Rathore en el
Instituto para Genómicas de Planta y Biotecnología en la
Universidad de Texas A&M (TAMU por sus siglas en inglés), y los
químicos del ARS Robert D. Stipanovic y Lorraine S. Puckhaber en
College Station, Tejas, descubrieron una manera para reducir
genéticamente la cantidad de la toxina natural gosipol en la
semilla de algodón.
Stipanovic y Puckhaber trabajan en la Unidad de Investigación de
Patología de Algodón, mantenida por ARS en el Centro de
Investigación Agrícola de Llanuras Sureñas en College Station.
El grupo de investigación mostró que es posible juntar lo que se
conoce como la tecnología de interferencia de ARN (o RNAi en
inglés), con un promotor de gene de semilla especifica. En esta
manera, se puede reducir significativamente los niveles de
gosipol en la semilla de algodón sin reducir los niveles de
gosipol y compuestos relacionados en el follaje. La presencia de
estos compuestos en el follaje ayuda a proteger la planta contra
un ataque por insectos.
Gosipol es un pigmento toxico que puede ser ingerido seguramente
sólo por animales rumiantes con estómagos complejos, así que la
mayoría de la harina nutritiva producida durante el
procesamiento de la semilla de algodón es actualmente vendida
como pienso para ganado.
El uso de la tecnología RNAi para desarrollar nuevas líneas de
algodón podría resultar en plantas con niveles muy bajos de
gosipol en la semilla. Estos niveles son tan bajos que los 44
millones de toneladas métricas de semilla de algodón producidas
anualmente podrían ser usadas para proveer como 10 millones de
toneladas métricas de proteína. Esto proveerá las necesidades
totales de proteína para casi quinientos millones de gente.
Además, consumidores estadounidenses deseando un nuevo alimento
nutritivo pronto podrían conseguirlo en nueces que fueron
desarrollados hace 20 años en TAMU. Las semillas de algodón con
el gosipol reducido son crujientes y tienen un sabor de nuez.
La investigación fue publicada en una edición reciente de
'Proceedings of the National Academy of Sciences'
(Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias).
ARS es la agencia principal de investigaciones científicas
del Departamento de Agricultura de EE.UU. |