Washington, DC
August 13, 2007
ARS News Service
Agricultural Research Service, USDA
Linda Tokarz, (301) 504-1658,
linda.tokarz@ars.usda.gov
In a brutal battle for food and space, two fungal cousins are
currently duking it out across the nation's cotton fields.
Thanks to biological control strategies developed by the
Agricultural Research Service (ARS), the better of these two
microscopic relatives is winning.
Plant pathologist Peter Cotty, who is part of the ARS Food and
Feed Safety Research Unit at New Orleans, La., but is located at
the University of Arizona-Tucson, instigated this competition.
By pitting a benign strain of Aspergillus against its noxious
kin, he's helping rid U.S. cotton of a harmful and costly toxin.
While invisible and odorless, the Aspergillus fungi that Cotty
is focused on can churn out potent poisons called alfatoxins.
These carcinogenic compounds--linked to impaired growth, cancer
and death--would threaten human health if stringent food safety
standards, set by the U.S. Food and Drug Administration, weren't
in place to screen out contaminated products.
When cottonseed becomes infested with toxin-making fungi, it
must be discarded or severely downgraded. That's because the
seed is a major feed of dairy cows, and any toxins that might be
present could transfer to the animals' milk. Every year,
aflatoxin is responsible for ruining $3 million to $8 million
worth of cottonseed in the American Southwest.
Knowing that few control options exist for farmers, Cotty set
out two decades ago to find an environmentally sound and
effective solution. Eventually, he discovered one, in the form
of a benign strain of Aspergillus flavus that, when applied
correctly to cotton fields, can outgrow and outlive its more
menacing cousins.
After years of rigorous studies with the strain, which is dubbed
AF36, ARS obtained approval from the U.S. Environmental
Protection Agency in 1996 to test the new biocontrol in Arizona
cotton fields.
At that time, only 120 acres of commercial cotton were treated
with AF36. Now, more than 100,000 acres of U.S. cotton have been
treated, greatly reducing levels of harmful aflatoxins.
Read more about the research in the August 2007 issue of
Agricultural Research magazine, available online at:
http://www.ars.usda.gov/is/AR/archive/aug07/fungal0807.htm
ARS is the chief scientific research agency of the U.S.
Department of Agriculture.
Un hongo amigable ayuda a prevenir la invasión por la aflatoxina
en el algodón
Servicio Noticiero del Servicio de Investigación Agrícola
(ARS siglas en inglés)
Departamento de Agricultura (USDA siglas en inglés)
Linda Tokarz, (301) 504-1658,
linda.tokarz@ars.usda.gov
En una batalla brutal para alimento y espacio, dos primos
fungales están enzarzados en combate en los campos de algodón de
EE.UU. Gracias a las estrategias de control biológico
desarrolladas por los científicos del Servicio de Investigación
Agrícola (ARS), el mejor de los dos parientes microscópicos está
ganando.
El patólogo de plantas Peter Cotty--quien es parte de la Unidad
de Investigación de la Seguridad de Alimento y Pienso mantenida
por el ARS en Nueva Orleáns, Luisiana, pero es ubicado en la
Universidad de Arizona en Tucson--comenzó esta competición.
Utilizando una cepa benigna de Aspergillus para combatir su
pariente nocivo, él está ayudando a eliminar una toxina dañosa y
costosa del algodón estadounidense.
Aunque invisible e inodoro, el hongo nocivo Aspergillus
estudiado por Cotty puede producir cantidades grandes de venenos
potentes llamados aflatoxinas. Estos compuestos
carcinógenos--relacionados con un crecimiento perjudicado, el
cáncer y la muerte--podrían amenazar la salud humana sino
hubieran los estándares estrictos de seguridad de alimentos
establecidos por la Administración de Drogas y Alimentos para
eliminar productos contaminados.
Cuando la semilla de algodón es infestada por los hongos que
producen toxinas, la semilla debería ser desechada o bajada de
categoría. Eso es porque la semilla es un pienso importante para
las vacas lecheras, y cualesquiera toxinas presentes podrían
transferirse a la leche de los animales. Cada año, la aflatoxina
es responsable de arruinar semilla de algodón con un valor entre
3 millones y 8 millones de dólares en la región suroeste de
EE.UU.
Con el conocimiento de la falta de opciones disponibles a los
granjeros, hace dos décadas Cotty comenzó a buscar una solución
eficaz y amigable con el medio ambiente. Con el tiempo, él la
descubrió, en la forma de una cepa benigna de Aspergillus flavus
que puede crecer más rápido que sus primos perjudiciales si
aplicada correctamente en los campos de algodón.
Después de muchos años de estudios rigurosos con la cepa
benigna, llamada AF36, ARS en 1996 obtuvo la aprobación de la
Agencia de Protección del Medio Ambiente para probar el nuevo
agente de control biológico en los campos de algodón de Arizona.
En ese momento, solamente 120 acres de algodón comercial
recibieron tratamiento con AF36. Ahora, más de 100.000 acres de
algodón estadounidense han recibido el tratamiento, reduciendo
significativamente los niveles de las aflatoxinas perjudiciales.
Lea más sobre esta investigación en la revista 'Agricultural
Research' de agosto 2007:
http://www.ars.usda.gov/is/AR/archive/aug07/fungal0807.htm
ARS es la agencia principal de investigaciones científicas
del Departamento de Agricultura de EE.UU. |
|