June 12, 2002
ARS News Service
Agricultural Research Service, USDA
Jan Suszkiw, (301) 504-1630,
jsuszkiw@ars.usda.gov
June 12, 2002
Soil-dwelling bacteria are scientists' latest weapon against an
unsightly post-harvest disease called dry rot that costs U.S.
potato growers as much as $250 million annually in tuber losses.
Agricultural Research Service scientists Patricia Slininger,
David Schisler and colleagues are testing the bacteria as a
biological alternative to thiabendazole (TBZ), a chemical
fungicide that's losing its
effectiveness against Fusarium sambucinum, the main culprit
behind dry rot.
Through ARS, its in-house research agency, the U.S. Department
of Agriculture holds two patents on the bacteria as biological
dry rot control agents. A third patent covers their use to
inhibit sprouting,
another costly potato storage problem.
The two scientists began exploring the bacteria's biocontrol
potential in 1994, when a third ARS researcher--Ann
Desjardens--reported TBZ resistance in 90 percent of dry rot
strains she isolated from potato fields. At ARS' National Center
for Agricultural Utilization Research in Peoria, Ill., Slininger
and Schisler researched different physical and nutritional
conditions for mass-producing the bacteria in liquid culture and
keeping them viable during cold storage.
Lab tests and trial runs in potato storage houses indicate that
spraying tubers with the bacteria can diminish dry rot disease
by 59 percent or more. The six Pseudomonas and Enterobacter
strains being tested are harmless to humans, but form a living
bandage around potato wound sites that stymies dry rot
infections.
The bacteria secrete natural antibiotics that suppress the dry
rot fungus. One such antibiotic, indoleacetic acid, may also
help retard sprouting on stored potatoes. Cultures of some of
the biocontrol bacteria seem to retard stored potato sprouting
nearly as well as 1-methylethyl-3-chlorophenylcarbamate (CIPC).
Although used on more than half the U.S. potato crop, CIPC faces
tighter regulation due to concerns over its persistence in the
environment and on the spuds.
Now that the patents are available for licensing, the Peoria
scientists are seeking a commercial partner to adapt the
technology for market use. A longer story about their work
appears in the June issue of Agricultural Research magazine on
the Web at:
http://www.ars.usda.gov/is/AR/archive/jun02/fungus0602.htm
Una bacteria beneficiosa ayuda a combatir el
hongo que causa podredumbre seca
Servicio Noticiero del Servicio de Investigación Agrícola (ARS
siglas en inglés)
Departamento de Agricultura (USDA siglas en inglés)
Jan Suszkiw, (301) 504-1630,
jsuszkiw@ars.usda.gov
12 de junio 2002
Una bacteria que vive en el suelo es la última arma para
combatir una enfermedad llamada podredumbre seca en las patatas
cosechadas que le cuesta a los cultivadores de los Estados
Unidos casi $250 millones en pérdidas anualmente.
Los científicos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS)
Patricia Slininger, David Schisler y sus colegas están ensayando
la bacteria como una alternativa biológica al uso del fungicida
químico llamado ‘thiabendazole' (TBZ). Este fungicida ha
empezado a perder su eficacia contra ‘Fusarium sambucinum', la
causa principal de esta enfermedad.
El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), por
medio de ARS, su agencia principal de investigaciones
científicas, tiene dos patentes para utilizar esta bacteria como
un agente de control biológico contra esta enfermedad. Una
tercera patente cubre su uso para inhibir el brotar, otro
problema costoso en las patatas almacenadas.
Slininger y Schisler empezaron a explorar la potencial de esta
bacteria como un biocontrol en 1994, cuando otra científica del
ARS--Ann Desjardens--reportó la resistencia al TBZ en 90 por
ciento de las especies del hongo que ella aisló de los campos de
patatas. En el Centro Nacional para la Investigación de la
Utilización Agrícola en Peoria, Illinois, Slininger y Schisler
investigaron diferentes condiciones físicas y nutritivas para
producir en masa la bacteria en un líquido y mantenerlas viables
durante conservación en frigorífico.
Ensayos de laboratorio y experimentos en las casas de almacenaje
de patatas indican que rociando las patatas con la bacteria
puede reducir la podredumbre seca por 59 por ciento o más. Las
seis especies de ‘Pseudomonas' y ‘Enterbacter' ensayadas no son
dañosas a los humanos, pero forman un vendaje vivo alrededor de
las heridas de la superficie de la patata que impide las
infecciones de la podredumbre seca.
La bacteria secreta unos antibióticos naturales que suprimen el
hongo que causa la podredumbre seca. Uno de estos antibióticos,
el ácido ‘indoleacetic', también podría ayudar a impedir el
brotar de las patatas almacenadas. Las culturas de algunas de
las bacterias de biocontrol parecen retardar el brotar de la
patata almacenada casi igual como el producto químico
1-methylethyl-3-chlorophenylcarbamate (CIPC). Aunque CIPC está
usado en más de la mitad de las cosechas de patata en EE.UU.,
las regulaciones sobre el uso podrían ser más estrictas en el
futuro a causa de las preocupaciones sobre su persistencia en el
medio ambiente y en las patatas.
Ahora que las patentes están disponibles para licenciar, los
científicos de Peoria están buscando un socio comercial para
adaptar la tecnología para el uso comercial. Más información
sobre esta investigación aparece en la revista ‘Agricultural
Research' de junio y en la Internet en:
http://www.ars.usda.gov/is/AR/archive/jun02/fungus0602.htm
|