ARS News Service
Agricultural Research Service, USDA
Rosalie Marion Bliss, (301) 504-4318,
rbliss@ars.usda.gov
June 4, 2002
Watermelon growers aren't exactly singing the new tune: "Our
lycopene is better than your lycopene." But there is a new twist
on the amount of healthful lycopene found in raw watermelon
versus raw tomato that's heating up discussions.
Besides sharing a pinkish-red color, watermelon and tomato are
known sources of the phytochemical lycopene--one of a host of
beneficial compounds found in plant foods. Phytochemicals have
not yet been classified as traditional nutrients, such as the
vitamins and minerals considered essential for life. Still,
they've been found to reduce the risks of age-related diseases
and many people call them phytonutrients.
Agricultural Research Service scientists working to determine
lycopene levels in varieties of watermelon have found many have
as much as--or more than--that found in raw tomato. But lycopene
content in food is different from bioavailability in humans.
Bioavailability is how well the body digests, uses and stores a
given chemical.
ARS nutritionists Beverly A. Clevidence and Alison J. Edwards of
the Phytonutrients Laboratory in Beltsville, Md., conducted a
19-week study with 23 volunteers to assess the bioavailability
of lycopene from watermelon. Tomato traditionally has been used
in lycopene research because of its established lycopene levels.
Now here's the rub: Past testing showed lycopene bioavailability
to be low from ingesting raw tomato, yet higher from ingesting
heat-processed products, such as tomato juices and sauces.
Heating and homogenizing are known to increase tomato's lycopene
bioavailability.
Researchers wondered whether raw watermelon would echo raw
tomato's low bioavailability. Would watermelon also need to be
heat-treated to increase its available lycopene? It didn't.
That's good news for people who don't like tomatoes but do like
watermelon. They can eat their watermelon and absorb their
lycopene, too.
Read more about watermelon's lycopene punch in the June issue of
Agricultural Research magazine, available on the web at:
http://www.ars.usda.gov/is/AR/archive/jun02/lyco0602.htm
ARS is the U.S. Department of Agriculture's chief scientific
research agency.
La
sandía y sus compuestos beneficiosos
Servicio Noticiero del Servicio
de Investigación Agrícola (ARS siglas en inglés)
Departamento de Agricultura (USDA siglas en inglés)
Rosalie Marion Bliss, (301) 504-4318,
rbliss@ars.usda.gov
4 de junio 2002
Hay unas discusiones en curso
sobre la cantidad de un compuesto saludable encontrado en la
sandía comparada con el tomate.
Ademas de tener el mismo color rosado y rojo, la sandía y el
tomate son conocidos de ser fuentes de un fitoquímico llamado
licopeno, uno de los compuestos más beneficiosos encontrados en
las plantas alimenticias. El fitoquímico todavía no ha sido
clasificado como un nutrimento tradicional, tales como las
vitaminas y los minerales considerados de ser esencial para la
vida. Sin embargo, estos compuestos han mostrado que pueden
reducir los riesgos de las enfermedades asociadas con el
envejecimiento, y mucha gente los llaman fitonutrimentos.
Los científicos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS),
trabajando para determinar los niveles de licopeno en las
variedades de sandía, han encontrado que muchas de ellas tienen
igual--o más--de lo que se encuentra en el tomate crudo. Pero el
contenido del compuesto licopeno en la comida no es lo mismo
como la biodisponibilidad en los humanos. La biodisponibilidad
se refiere a la facilidad con que el cuerpo digiere, utiliza y
almacena una sustancia química particular.
Los especialistas de nutrición Beverly A. Clevidence y Alison J.
Edwards del Laboratorio de Fitonutrimentos en Beltsville,
Maryland, condujeron un estudio de 19 semanas con 23 voluntarios
para evaluar la biodisponibilidad del licopeno de la sandía. El
tomate ha sido tradicionalmente usado en la
investigación de licopeno porque tiene niveles establecidos del
compuesto.
Ahora, aquí se encuentra el dilema: Ensayos anteriores mostraron
que la disponibilidad de licopeno es bajo cuando se come un
tomate crudo; pero en los productos del tomate cocinado, tales
como el jugo y la salsa, la biodisponibilidad es más alta. Se
sabe que el calentamiento y el homogeneizar aumentan la
biodisponibilidad del licopeno del tomate.
Los investigadores querían averiguar si la sandía cruda tendría
la misma biodisponibilidad baja como el tomate crudo. ¿Tendrían
que calentar la sandía para aumentar la disponibilidad de su
licopeno? La respuesta es ‘no'. Es buena noticia para la gente
que no le gustan los tomates pero si la sandía. Esa gente puede
comer su sandía y absorber su licopeno a la misma vez.
Más información sobre el licopeno y la sandía aparece en la
revista ‘Agricultural Research' de junio y en la Internet en:
http://www.ars.usda.gov/is/AR/archive/jun02/lyco0602.htm
ARS es la agencia principal de investigaciones científicas del
Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
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