March 26, 2004
By
Jim Core
Corn plants
under attack from insect pests use chemical signals not only to
interact with beneficial insects, but also to stimulate early
defense responses in nearby plants, according to published
findings from
Agricultural Research Service and university scientists.
The
results demonstrated the first proof of plant-to-plant warning
signals in corn plants.
The
warning signals are chemical compounds called green leafy
volatiles (GLV). Shortly after coming under attack from pests,
corn plants send these volatiles into the air to draw support
from the pest's natural enemies. The volatiles, which smell like
cut grass, attract caterpillar predators and parasitoids.
When the
researchers exposed undamaged corn seedlings to GLV from damaged
plants, the seedlings' chemical defenses increased. But an even
stronger defensive reaction was triggered when seedlings were
exposed to the volatiles, purposely damaged and then treated
with a beet armyworm caterpillar substance to imitate insect
attack.
Plants
used as an experimental control were damaged, but never exposed
to GLV. They did not react as strongly, which suggests that the
volatile signals help prepare the plants' defensive reaction.
Different, night-time volatiles also stimulated a defensive
reaction in neighboring plants. Plants that were sensitized to
GLV first and then damaged--but not exposed to the caterpillar
substance--did not react as strongly as they would have if they
had been exposed to the caterpillar substance.
Former ARS
researcher James H. Tumlinson led the study before retiring from
the agency. He and his colleagues at ARS,
Pennsylvania State University and the
University of Florida reported their findings in a recent
issue of the
Proceedings of the National Academy of Sciences.
Tumlinson, a chemist, is now a visiting
Penn
State
professor at the ARS
Center for Medical, Agricultural and Veterinary Entomology
in Gainesville, Fla.
ARS is the
U.S. Department of Agriculture's chief scientific research
agency.
Cuando atacadas, las plantas de maíz solicitan ayuda contra
plagas
Servicio
Noticiero del Servicio de Investigación Agrícola (ARS siglas en
inglés)
Departamento de Agricultura (USDA siglas en inglés)
Jim Core, (301) 504-1619,
jcore@ars.usda.gov
26 de marzo 2004
Durante
ataques por plagas tales como orugas, las plantas de maíz usan
señales químicas no sólo para interaccionar con insectos
beneficiosos, sino también para rápidamente estimular reacciones
defensivas en las plantas cercanas, según hallazgos publicados
por científicos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) y
de universidades.
Los
resultados demostraron la primera prueba de señales de aviso
de-planta-a-planta en las plantas de maíz.
Las señales
de aviso son compuestos químicos llamados 'green leafy
volatiles' (GLV por sus siglas en inglés). Poco después de un
ataque por las plagas, las plantas de maíz envían estos
compuestos al aire para solicitar la ayuda de los enemigos
naturales de la plaga. Los GLVs, los cuales tienen el olor de
césped cortado, atraen predadores y parásitos que atacan las
orugas .
Cuando los
investigadores expusieron las plántulas de maíz no dañadas a los
GLVs producidos por plantas dañadas, se aumentaron las defensas
químicas de las plántulas. Pero una reacción defensiva aún más
fuerte fue estimulada cuando las plántulas fueron expuestas
primero a los GLVs, entonces dañadas a propósito, y luego
tratadas con una sustancia producida por el gusano de la
remolacha (Spodoptera exigua), para simular un ataque por
insectos.
Plantas
usadas como el grupo testigo en el experimento fueron dañadas,
pero no expuestas a los GLVs. Ellas no reaccionaron tan fuerte,
que significa que las señales de los GLVs ayudan a preparar la
reacción defensiva de las plantas. Algunos GLVs diferentes,
producidos por las plantas durante la noche, también estimularon
una reacción defensiva en las plantas cercanas. Plantas que
fueron sensibilizadas primero con los GLVs y luego dañadas --
pero no expuestas a la sustancia producida por la oruga -- no
reaccionaron tan fuertemente como si hubieran sido expuestas a
la sustancia de la oruga.
James H.
Tumlinson, un investigador anterior del ARS, dirigió el estudio
antes de retirarse de la agencia. Él y sus colegas en ARS, la
Universidad Estatal de Pensilvania y la Universidad de la
Florida reportaron sus hallazgos en una edición reciente de
'Proceedings of the National Academy of Sciences' (Actas de la
Academia Nacional de Ciencias). Tumlinson, un químico, ahora es
un profesor visitante de la Universidad Estatal de Pensilvania
en el Centro para la Entomología Médica, Agrícola y Veterinaria,
mantenido por el ARS en Gainesville, la Florida.
ARS es la
agencia principal de investigaciones científicas del
Departamento de Agricultura de EE.UU. |