ARS News Service
Agricultural Research Service, USDA
December 9, 2004
By Jan
Suszkiw
A
benign fungus that lives inside corn may yield new clues to
protecting the crop from contamination by the molds
Aspergillus flavus and Fusarium verticillioides,
according to Agricultural
Research Service (ARS) microbiologist
Don Wicklow (photo).
Wicklow teamed up with
University of Iowa scientist
Jim Gloer to discover that the fungus endophyte Acremonium
zeae produces substances called pyrrocidines that disrupt
the Aspergillus and Fusarium molds’ ability to infect ripening
corn kernels. Wicklow works at ARS’
National Center for Agricultural Utilization Research in
Peoria, Ill.
Besides causing diseases in the
corn crop, the molds can contaminate it with natural carcinogens
called mycotoxins that can be harmful to both humans and
livestock. Mycotoxin-related losses, such as devalued markets,
rejected harvests and testing fees, cost the U.S. corn industry
hundreds of millions of dollars annually.
According to Wicklow, A.
zeae’s production of pyrrocidines challenges
decades-old scientific thinking that the endophyte is an inert
player in the world of corn-fungal interactions, neither harming
nor benefiting its host. Now, it appears the endophyte “pays”
for its room and board in corn by fending off the molds. The
finding warrants taking a closer look at the field conditions
under which this rivalry occurs and exploiting it, perhaps using
cultural methods that favor the endophyte. Further research may
reveal another possible approach: inoculating corn seed with the
endophyte as a kind of living barrier against A. flavus
and F. verticillioides.
So far, Wicklow and Gloer have
isolated the pyrrocidines from 13 different cultures of the
endophyte. Wicklow also conducted field studies to make sure
their lab-based observations of A. zeae's antifungal
activity weren’t the result of a natural corn defense or the
byproduct of human error. According to Wicklow, at the ARS
center’s
Mycotoxin Research Unit, the pyrrocidines also stymie
certain bacteria, and are the first-known natural products to be
isolated from the endophyte.
Read more about the research in
the December issue of Agricultural Research magazine at
http://www.ars.usda.gov/is/AR/archive/dec04/fungus1204.htm
ARS is the
U.S. Department of Agriculture's
chief scientific research agency.
Un hongo benigno puede proteger el maíz contra los hongos
dañosos
Servicio Noticiero del Servicio de Investigación Agrícola (ARS
siglas en inglés)
Departamento de Agricultura (USDA siglas en inglés)
Jan Suszkiw, (301) 504-1630,
jsuszkiw@ars.usda.gov
9 de diciembre 2004
Un hongo benigno que vive dentro del maíz podría proveer
indicios nuevos sobre métodos para proteger la cosecha contra
contaminación por los hongos dañosos Aspergillus flavus y
Fusarium verticillioides, según el microbiólogo Don Wicklow del
Servicio de Investigación Agrícola (ARS).
Wicklow colaboró con el científico Jim Gloer de la Universidad
de Iowa para descubrir que el endófito fungal llamado Acremonium
zeae produce sustancias llamadas 'pyrrocidines' que trastocan la
capacidad de los hongos Aspergillus y Fusarium de infectar los
granos de maíz durante su maduración. Wicklow trabaja en el
Centro Nacional de Investigación de Utilización Agrícola (NCAUR
por sus siglas en inglés), mantenido por ARS en Peoria,
Illinois.
Además de causar enfermedades en la cosecha de maíz, los hongos
dañosos pueden contaminar el maíz con carcinógenos llamados
micotoxinas que pueden ser dañosos tanto para los seres humanos
como para el ganado. Las pérdidas relacionadas a los
micotoxinas--tales como cosechas de menos valor, cosechas
rechazadas y costos de ensayos--le cuestan al sector
estadounidense de maíz cientos de millones de dólares
anualmente.
Según Wicklow, la producción de pyrrocidines por A. zeae pone en
duda décadas de opinión científica que el endófito es un
participante inerte en el mundo de interacciones entre el maíz y
los hongos, ni dañando ni beneficiando a su huésped. Ahora
parece que el endófito "paga" por su hogar en el maíz rechazando
los hongos dañosos. Este hallazgo justifica más investigaciones
sobre las condiciones de campo en que esta rivalidad ocurre y
explotándola, quizás con la utilización de prácticas de
cultivación que favorece el endófito. Investigaciones
adicionales podrían revelar otro enfoque: la inoculación de la
semilla de maíz con el endófito como una barrera viva contra A.
flavus y F. verticillioides.
Hasta ahora, Wicklow y Gloer han aislado los pyrrocidines de 13
cultivos diferentes del endófito. Wicklow también condujo
ensayos de campo para asegurar que las observaciones de la
actividad anti-fungal de A. zeae en el laboratorio no fueron el
resultado de una defensa natural del maíz o el subproducto de
error humano. Según Wicklow, en la Unidad de Investigación de
Micotoxinas del NCAUR, los pyrrocidines también impiden ciertas
bacterias, y son los primeros productos naturales aislados del
endófito.
Se puede leer más sobre esta investigación en la revista
'Agricultural Research' de diciembre:
http://www.ars.usda.gov/is/AR/archive/dec04/fungus1204.htm
ARS es la agencia principal de investigaciones científicas
del Departamento de Agricultura de EE.UU. |