Madrid, Spain
October 16, 2008
Source:
Fundación Antama
Con
más de 400 trabajos científicos publicados y alrededor de 30
artículos divulgativos, Santiago Grisolía, licenciado en
medicina por la Universidad de Valencia, es uno de los
científicos más destacados en la investigación española. En la
Universidad de Nueva York comenzó sus investigaciones en la
fijación del anhídrido carbónico bajo la supervisión de Severo
Ochoa, tema en el que siguió trabajando a lo largo de su carrera
profesional.
Presidente del Comité Científico de Coordinación del Proyecto
Genoma Humano para la UNESCO, es vicepresidente del Patronato de
la Fundación Valenciana de Investigaciones Biomédicas, y asesor
del Presidente de la Generalitat Valenciana para Ciencia y
Tecnología.
En 1990 fue galardonado, junto con Salvador Moncada, con el
Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y
Técnica por su labor científica en el área de la bioquímica en
campos muy diversos, principalmente en la enzimología del
metabolismo del nitrógeno relacionado con el ciclo de la urea y
la degradación de las pirimidina.
En el marco de la Jornada Alimentación y Genes, organizada por
la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados, Santiago Grisolía
ha hablado en exclusiva para Fundación Antama ofreciéndonos su
visión más personal sobre la modificación genética y su labor
ante los retos que el siglo XXI presenta a la agricultura.
Una vida dedicada a la investigación… ¿ha cambiado mucho el
mundo científico desde que usted comenzó en él?
Muchísimo. Cuando yo empecé la investigación estaba mucho más
restringida. Tanto el trabajo de investigación como el número de
universidades era muy limitado, no existía siquiera un Consejo
Superior de Investigaciones Científicas. Cuando fui a los
Estados Unidos aún en España no había surgido el gran desarrollo
científico en el área de la medicina y la biología ya que aún no
había ayudas estatales que impulsaran estas investigaciones.
¿Recibe la investigación actualmente el impulso necesario en
nuestro país?
España es un país de milagros, y hasta ahora no se ha dado
suficiente ayuda. A día de hoy contamos con un grupo de jóvenes
interesados en la investigación como no hemos tenido nunca,
afortunadamente las cosas están cambiando. Ya se determina el
capital específico destinado a la investigación sin mezclarlo
con otros fines y se está otorgando mayor interés a la
industria, cambios impulsados en primera instancia por el
gabinete de la ministra Cristina Garmendia.
¿Cuál es la misión de la Fundación Valenciana de Estudios
Avanzados?
La fundación nació hace más de treinta años en base a mi
experiencia y trabajo con organizaciones estadounidenses, algo
que aún no era habitual nuestro país en esta área de trabajo.
Así, el fin de la fundación es el de actuar como catalizador de
todo lo que podamos dentro del área científica.
¿Cuál es la base de la modificación genética?
Por la razón que sea, los alimentos transgénicos aún tienen mala
fama, y aún hay grupos que no se dan cuenta de que la humanidad
lleva miles de años realizando esta mejora, lo que pasa es que
hoy es posible convertir mucho más rápidamente los alimentos y
otorgarles ciertas propiedades. El principal problema que
tenemos actualmente el incremento constante poblacional mientras
que la cantidad de productos se mantiene estable. Ante esta
situación, en la medida en que puedas aumentara la productividad
se podrá hacer frente a estos retos y ayudar a luchar contra
muerte anual de millones de personas a causa del hambre al año.
¿Es viable una coexistencia armoniosa entre las distintas
formas de cultivos?
Absolutamente sí. Seguramente, las ideas contrarias a esta
realidad están basadas en el origen de los transgénicos que vino
de la mano de agencias comerciales americanas cuyo fin era el de
lograr un rendimiento. Además, en un principio se esgrimieron
argumentos negativos para la salud y con el tiempo se demostró
que el consumo de transgénicos no originaba ningún problema. La
coexistencia posible y está llevándose a cabo con éxito en este
momento.
¿Cuál es la base de estas ideas contrarias hacia los OGMs?
Exclusivamente en el desconocimiento. En esta labor los
científicos juegan un papel muy claro, sobre todo de
verificación e investigación de nuevas variedades. La ciencia no
es ni buena ni mala, lo que pasa es que por experiencia los
científicos tienen muy claro que si mientes te descubrirán antes
o después, por lo que has de ser todo lo cuidadoso y riguroso
que se pueda ser.
¿Se aventuraría a hacer una previsión de futuro sobre esta
tecnología?
Ser futurista siempre es peligroso. Pero creo que actualmente
hay una serie de nuevas técnicas sobre la forma de emplear las
tierras de cultivo y evitar problemas de polución que podrían
desempeñar un papel importante en el futuro. |
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