Madrid, Spain
May 27, 2008
Source:
Fundación Antama
Pese a los años que la cuestión
biotecnológica lleva ocupando el debate agropolítico de la Unión
Europea, aún hay factores que impiden el progreso de esta
tecnología en condiciones de igualdad en el panorama mundial,
una situación que ha obstaculizado el conocimiento de las
ventajas de estos organismos modificados genéticamente. Entre
los factores menos conocidos se encuentra la reducción de los
contenidos de micotoxinas de dichos cultivos, lo que se traduce
en una disminución de los riesgos sanitarios. Este panorama ha
sido analizado en Cytalia: XIII Congreso anual en Ciencias y
Tecnología de los Alimentos de mano de D. Julio Escobar
Manosalvas y D. Juan Quintana Cavanillas.
Las fimonisinas, micotoxinas presentes casi exclusivamente en el
maíz, son generadas en función de determinados factores
climáticos como la humedad, viéndose incrementadas con la
extensión de la plaga del taladro. Su ingestión está relacionada
con diversas enfermedades, como el edema pulmonar porcino o el
cáncer esofágico en seres humanos.
El nivel europeo de prevalencia de dicha micotoxina es, según
refleja un estudio del Comité Científico de la Alimentación
Humana, del 66% para el maíz en grano. Las investigaciones
realizadas a lo largo de los últimos años sobre estos niveles
reflejan una disminución de micotoxinas en el maíz transgénico
Bt, comparado con las variedades convencionales.
En España, el Grupo para la Evaluación de Nuevas Variedades de
Cultivos Extensos analizó los niveles de las campañas de 2004 a
2006 determinando que el 40% de las muestras de variedades
convencionales contenían valores de fumonisinas mayores a 2 ppm,
cifra que no permitía la comercialización para alimentación
humana. En la campaña de 2007, el 32,2% de las muestras de maíz
de variedades convencionales superaban estos límites, mientras
que para las relativas al maíz Bt sólo representaban el 4,5%.
Similares resultados han sido obtenidos en al menos 288
evaluaciones en diferentes localidades de Fancia, Italia,
Turquía, Argentina y Estados Unidos.
Además de la importancia que estos índices tienen en la salud
humana y animal, hay que señalar la incidencia de este problema
en el comercio internacional. Las pérdidas estimadas en los tres
países de mayor exportación de maíz (Estados Unidos, China y
Argentina) alcanzarían los 100 millones de dólares, lo que
representa el 28,6% del total de exportaciones anuales de estas
tres naciones.
Pese a los beneficios que se desprenden de estos estudios, las
ventajas han sido ignorados en los grandes debates
internacionales, por lo que cada vez es mayor la necesidad de un
cambio para acabar con esta situación en la que las imposiciones
y regulaciones sobre los cultivos modificados genéticamente
están privando a la sociedad europea de los beneficios directos
e indirectos de esta tecnología. |
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