Madrid, Spain
January 2, 2008
Source:
Fundación Antama
El profesor José Ignacio Cubero
Salmerón, Catedrático de Genética y Mejora de Plantas de la
Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y de Montes
(ETSIAM) de la Universidad de
Córdoba, lleva más de 30 años compaginando su vocación
docente con el trabajo activo en comités científicos nacionales
e internacionales, abordando cuestiones de radiante actualidad
como la bioseguridad y la protección vegetal.
Uno de los proyectos en los que actualmente se encuentra inmerso
es en la organización del IV
Congreso de Mejora Genética de Plantas que tendrá lugar en
Córdoba en octubre de 2008 y que está organizado por el
Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera
(IFAPA) de la Junta de Andalucía. Las jornadas representan una
vía para ponerse al día en campos ajenos a la actividad concreta
de los asistentes. Va dirigido a todos aquellos que se
relacionen con el mundo de la Mejora vegetal directa o
indirectamente, ya sean empresas, instituciones públicas o
aquellos que trabajan en fases especializadas del proceso.
¿Cuál es el objetivo del Congreso?
Por un lado busca favorecer la reunión de mejoradores españoles
públicos y privados, jóvenes y viejos, en formación y formados,
profesionales o simplemente curiosos. Permitirles la exposición
de sus estudios, experiencias y necesidades. El contacto
personal puede proporcionar soluciones que de otro modo serían
imposibles de alcanzar. Además busca presentar temas de
actualidad en mejora en ponencias invitadas.
¿Cuáles son los principales temas que se abordarán?
Se trata de dar una visión de los principales temas en la
profesión de mejorador, tales como resistencia a plagas y
enfermedades, resistencia a estreses abióticos, calidad y, por
supuesto, rendimiento. Se incluirá también el uso de especies
modelo en relación con la Mejora, las posibilidades de mejora
genética en cultivos para biocombustibles, y el problema siempre
importante de los derechos de propiedad intelectual, esto es, el
registro, la protección y la patente de variedades vegetales.
¿En qué consiste la mejora genética de plantas?
En la modificación del mensaje hereditario de un organismo en
beneficio del Hombre. Dicho así parece bastante simple, pero en
realidad es algo complejo, pues se trata de formar un genotipo,
es decir, un conjunto de genes, nuevo, inexistente hasta
entonces (de ahí el derecho de propiedad intelectual, semejante
al de un invento). Para ello hay que conocer el sistema genético
que controla el carácter a mejorar, la estructura genética de
las poblaciones del organismo en cuestión, las posibilidades de
transmisión de una variedad a otra, o incluso de una especia a
otra.
¿Cuáles son sus beneficios?
No tiene más que comparar una especie silvestre con una variedad
cultivada de dicha especie, en incluso las variedades antiguas
con las modernas. A lo largo del tiempo, el mejorador ha ido
produciendo los productos que el consumidor ha ido demandando,
sobre todo más calidad o más producción (muy pocas veces es
posible sustituir la “o” por una “y”), siempre más homogeneidad,
algo esencial en el mercado actual.
¿Qué repercusiones tiene en el medio ambiente?
La mejora en sí misma, positiva. La necesidad de buscar
alimentos hizo que hubiera que deforestar grandes extensiones de
bosque, pero con las prácticas puestas a punto en el siglo XIX
(abonos, fotoquímicos, mecanización, etc.) y las variedades
obtenidas aptas para esa nueva agricultura ha sido posible
aumentar enormemente la producción por unidad de superficie. Hoy
se consigue la misma producción de trigo que hace 50 años pero
en la mitad de superficie, o de maíz en casi la tercera parte.
¿Es una vía de futuro?
Lleva existiendo diez mil años. Actualmente, todo lo que se ve
en el mercado (siempre que sea natural, claro) está conseguido
por la labor de los mejoradores. Si queremos seguir teniendo
todo eso y, además, con mayor calidad o mejor precio, habremos
de seguir obteniendo variedades. A la ciencia que lo permite le
pueden cambiar el nombre, pero la actividad seguirá siendo
“mejora genética”
¿Hay suficiente inversión en este ámbito?
Siendo una técnica compleja, que necesita desde bioquímica hasta
comercialización, cuenta con buena financiación en algunas áreas
(como la biotecnología), mediana en otras (como la
fitopatología) y pobre, en general, en lo que es el núcleo
central de la actividad, esto es, en la propia labor del
mejorador. Hoy se priman por los presupuestos estatales las
tecnologías duras, y es que los gobiernos quieren un alto número
de publicaciones y hay disciplinas que son más “productivas” que
otras. En este sentido, la financiación es incompleta, errática
y, por lo tanto, ineficaz.
¿Qué falta?
Hoy un “mejorador eficaz” no es una sola persona como era hace
50 años, sino toda una cadena de especialistas que debe
financiada en todos los eslabones bien concatenados. Esto lo
hacen las casas comerciales, pero lamentablemente, no los
organismos públicos. Los hay que sí, al menos en algunos
cultivos: el IRTA catalán, el IVIA valenciano y hay grandes
esperanzas de que el IFAPA andaluz, recién creado, siga por el
camino emprendido. Pero en general, la administración pública no
tiene un programa coherente de mejora con vistas al futuro.
¿Cómo ve el futuro de la mejora genética?
Como el de la informática o el de los nuevos materiales, como
algo cuyo desarrollo es indispensable porque la sociedad seguirá
demandando nuevos productos. De las políticas agrarias depende
el que el desarrollo sea equilibrado fijando para ello objetivos
a largo plazo, y no a base de periodos electorales. Los
mejoradores son ejecutores de lo que se les pide y necesitan
líneas de trabajo claras cosa que, salvo en las buenas empresas
privadas, no tienen.
¿A qué se debe la mala prensa de la biotecnología?
Nada más a una campaña absurda de los ecofundamentalistas
acogida por los políticos, en particular los europeos, por creer
que ese apoyo se traduce en forma de votos. No hay razón
científica que la apoye. Lo curioso es que, por ejemplo, incluso
los más ecofundamentalistas, los que queman campos de cultivos
transgénicos, si son diabéticos se inyectan insulina transgénica
y usan detergentes transgénicos. En definitiva, la mala prensa
de la biotecnología se debe a un batiburrillo mental
transformado en movimiento político por la acción de algunos por
aumentar dolosamente el nivel de ignorancia del ciudadano.
Travesía de Navaluenga nº 1, 107
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Tfno: 91 638 98 13
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