Madrid, Spain
August 7, 2008
Source:
Fundación Antama
Ya
queda menos para que los agricultores dispongan de cultivos
tolerantes a la sequía. Científicos y compañías biotecnológicas
del sector se han puesto manos a la obra con el fin de que en la
próxima década haya cultivos que se adapten mejor a las
consecuencias derivadas del cambio climático.
Hasta ahora, la tolerancia a herbicida, presente en la soja, el
maíz, la canola, el algodón y la alfalfa, ha sido el rasgo
dominante en los cultivos Genéticamente Modificado (GM). De
hecho, ocupó el 63 por ciento del área global de cultivos
transgénicos durante el pasado año (114,3 millones de
hectáreas).
Según datos del Servicio Internacional para la Adquisición de
Aplicaciones Agrobiotecnológicas (ISAAA, en sus siglas en
inglés), el evento que cuenta con más aprobaciones es la soja
tolerante a herbicida GTS-40-3-2, autorizado en 24 países,
seguido del maíz resistente a insectos MON810 y el tolerante a
herbicida (NK603), ambos con 18 aprobaciones, y el algodón
resistente a insectos (MON531/757/1076) con 16 aprobaciones en
todo el mundo.
Sin embargo, reducir la huella medioambiental que produce la
agricultura exige no sólo rebajar el uso de pesticidas,
ahorrando combustibles fósiles y disminuyendo las emisiones de
CO2, sino que será necesario aumentar la eficiencia del uso del
agua en los cultivos.
La sequía es uno de los principales problemas que afectan a la
productividad de la agricultura, ocasionando pérdidas que
incluso superan los 8.000 millones de dólares a escala mundial,
según los datos facilitados por la empresa Pioneer Hi-Bred, de
la multinacional DuPont.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO) va más allá y afirma que la falta de lluvias
provoca pérdida de cosechas y reduce la alimentación en los
pastizales, lo que se traduce en desnutrición humana y animal y
crisis económica.
La agricultura utiliza el 70 por ciento del agua dulce del
planeta, lo que no es sostenible, según los expertos, teniendo
en cuenta que la población experimentará un incremento de casi
el 50 por ciento para 2050 y que incluso aún es mayor el empleo
de agua dulce en la agricultura de los países en desarrollo.
PROYECTOS EN MARCHA
Y es en estos países donde hay varios proyectos en marcha para
desarrollar e implantar cultivos tolerantes a la sequía debido a
que en ellos la falta de agua es más severa y frecuente que en
los industrializados.
La multinacional Monsanto participa en un proyecto en el que
instituciones públicas y privadas se han puesto de acuerdo para
poner la tecnología de maíz tolerante a la sequía a disposición
de los pequeños agricultores de Kenia, Ruanda, Tanzania y
Sudáfrica, sin ningún tipo de coste económico.
"Se trata de un proyecto que cuenta con una partida financiera
de 47 millones de dólares y que permitirá que el agricultor
obtenga una cosecha suficiente para subsistir y al mismo tiempo
para comercializar", ha asegurado a Efeagro el director de
Biotecnología de Monsanto para España y Portugal, Carlos
Vicente.
Además, Monsanto tiene líneas de investigación abiertas en
países como Argentina o Estados Unidos y en los cultivos del
algodón y la soja, proyectos que hasta que se comercializan
pasan por cuatro fases -prueba de concepto, desarrollo temprano
del cultivo, desarrollo avanzado y prefase de lanzamiento
comercial- y cuya duración ronda los 10 y 12 años.
Por su parte, Pioneer Hi-Bred trabaja desde tres enfoques
básicos sobre tolerancia a la sequía -convencional, molecular y
transgénico-, y es en este último donde mantiene el objetivo de
contar en un plazo de entre 5 y 7 años con los primeros híbridos
tolerantes a la sequía en el mercado internacional.
Por el momento, esta empresa desarrolla híbridos de maíz capaces
de usar el agua de modo más eficiente, manteniendo un mejor
comportamiento en los períodos de estrés hídrico.
A lo largo de todo un año, ha cultivado campos de maíz bajo
condiciones de estrés en zonas de California y Suramérica y a
partir de las conclusiones obtenidas han desarrollado un
programa de pruebas de sequía que ayudará a determinar de modo
fiable qué genes o combinaciones de genes proporcionan el nivel
deseado de tolerancia.
Y es que la búsqueda de plantas resistentes a las consecuencias
derivadas del denominado estrés hídrico es objeto de
investigación de numerosos grupos de trabajo en todo el mundo.
Según ha explicado a Efeagro el investigador del Departamento de
Nutrición Vegetal del CEBAS-CSIC, Francisco Pérez Alfocea,
científicos de la Universidad de California, a través de la
modificación de un gen, han creado plantas transgénicas cuyas
hojas tardan más tiempo en envejecer, crecen con un tercio menos
de agua de la utilizada habitualmente y soportan largos periodos
de sequía.
En México, varios investigadores han identificado en condiciones
naturales variedades de maíz que toleran la falta de agua, han
aislado esos genes, los han secuenciado y están haciendo
transformación genética de las variedades que más rinden,
encontrando alta correlación del rendimiento con la falta de
agua.
El coordinador general de Asuntos Internacionales de la
Secretaria de Agricultura del Gobierno de México, y autor del
libro "Los transgénicos, oportunidades y amenazas", Víctor
Villalobos, ha afirmado a Efeagro que este tipo de
investigaciones son una realidad y que tendrán resultados
sorprendentes, permitiendo sembrar en zonas con baja
precipitación.
Mientras, en España, investigadores del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC) en Sevilla han estudiado que
la expresión en plantas transgénicas de un factor que sólo
poseen las semillas ha permitido obtener una notable tolerancia
a deshidrataciones extremas e incluso que una planta, tras
secarse, se recupere después del riego.
CLAVES DE LA COMERCIALIZACIÓN
El maíz tolerante a la sequía será de los primeros en
comercializarse, principalmente en Estados Unidos, sin embargo,
para los países africanos se producirá después de 2010, ya que
aún queda por realizar la fase de desarrollo y la evaluación de
híbridos; mientras, el algodón y la soja se están desarrollando
sin fecha.
¿Y en Europa? Habrá que esperar, porque dependerá del proceso
regulatorio. En España, al igual que en el resto de países
europeos, el maíz es la única especie que tiene autorizado el
cultivo de variedades que contienen el evento modificado
genéticamente MON810, que le proporciona resistencia a la plaga
del taladro.
Los expertos consultados por Efeagro apuntan que si se mantiene
la actual lentitud en la aprobación de Organismos Genéticamente
Modificados (OGM), es posible que Europa se quede a la cola en
la aplicación de la biotecnología agraria y que
"lamentablemente" habrá que esperar a que el problema sea tan
grave que no haya más remedio que aprobar su comercialización.
Autora: Cristina Revenga
Fuente: EFEAGRO |
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