April 3, 2008
Source:
Fundación Antama
La
Oficina Federal alemana de Protección al Consumidor y Seguridad
Alimentaria (BMVEL) ha confirmado la aprobación de ensayos
al aire libre de la remolacha azucarera resistente al glifosato,
así como de la patata modificada genéticamente con altos
contenidos en almidón, según refleja en su edición digital la
agencia Reuters.
Por su parte, la empresa Planta ha obtenido el permiso de
cultivar 12.000 metros cuadrados de remolacha azucarera
transgénica en dos campos entre los años 2008 y 2011. Además,
también ha recibido permiso BASF Plant Science, departamento del
grupo químico alemán de mismo nombre, quien podrá plantar 30.000
metros cuadrados de patatas modificadas genéticamente en tres
campos entre los años 2008 y 2012.
El órgano alemán explicó que “la evaluación de seguridad llevado
a cabo por la BVL concluyó que dichos ensayos al aire libre no
podían tener ninguna influencia negativa sobre los seres
humanos, sobre los animales ni tampoco sobre el medio ambiente”.
Además, ha matizado que la recolección de dichas cosechas no
podrá ser vendida en cualquier caso ni como alimentos ni como
piensos.
Para evitar la polinización cruzada en el caso de la remolacha
azucarera, Planta deberá comprobar cada dos semanas sus cultivos
para destruir cualquier flor que pueda originar la diseminación
del polen. Además, la BVL establece que el campo cultivado con
dicha planta transgénica ha de tener una distancia de 10 metros
respecto a los cultivos colindantes.
A día de hoy, el total de peticiones que la BVL ha recibido por
partes de los agricultores para plantar maíz transgénico supera
ya las 4.400 hectáreas, una cifra que supera considerablemente
las 2.753 hectáreas cosechadas durante la temporada pasada. Pese
a que en los últimos años se haya registrado una tendencia
ascendente en cultivos transgénicos, aún es un cultivo
minoritario respecto a las 1,8 millones de hectáreas cultivadas
al año. Esta decisión hace prever una mayor apuesta por estas
variedades por parte de los agricultores.
Pese a que la Unión Europea ha legalizado la producción
comercial de varias variedades de maíz modificado genéticamente,
los ensayos de campo han de ser siempre aprobadas por los
gobiernos nacionales. |
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