Spain
March 15, 2007
Source:
Fundación Antama
Las variedades de maíz mejorado
genéticamente que se derivan del evento MON810, resistentes a
las plagas de taladro, presentan unos contenidos en micotoxinas,
es decir, toxinas generadas por hongos, más bajos que sus
homólogas convencionales, tal y como constatan los resultados de
unos ensayos comparativos realizados por el
Instituto de Investigación y
Tecnologías Agroalimentarias (IRTA) en el marco del
Grupo para la Eva luación de
Nuevas Variedades de Cultivos Extensivos en España (GENVCE).
Los datos de la investigación fueron presentados por Joan Serra,
científico del IRTA-Fundación Mas Badía, durante la conferencia
sobre micotoxinas en maíz grano organizadas por GENVCE, en la
Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de Madrid, el
pasado 7 de febrero. GENVCE es un grupo de trabajo integrado por
técnicos responsables de ensayos de las redes de experimentación
de variedades de las Comunidades Autónomas, de la Oficina
Española de Variedades Vegetales, el Instituto Nacional de
Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) y
empresas privadas.
La jornada se abrió explicando qué son las micotoxinas: unas
sustancias producidas por los hongos que pueden afectar al grano
de maíz y, por consiguiente, producir diversas alteraciones y
cuadros patológicos en el hombre y en los animales. Pueden ser
responsables de intoxicaciones alimentarias y entre las más
importantes se encuentran las fumonisinas y las aflatoxinas. La
Unión Europea establece unos umbrales máximos para el contenido
en micotoxinas, que varían según el maíz se destine a consumo
humano o animal.
Diversas exposiciones sobre los estudios multi anuales de
presencia de micotoxinas en las zonas maiceras de España,
denotaron la baja incidencia de este fenómeno en nuestro país
frente a otras zonas de Europa, con excepción de las zonas
endémicas de los gusanos del taladro, donde quedó clara la
evidente relación de ataques de este insecto parásito con la
presencia de estas sustancias tóxicas. GENVCE ha analizado
muestras de variedades de maíz mejoradas genéticamente y sus
correspondientes convencionales, para estudiar la incidencia de
las micotoxinas.
Joan Serra ha señalado que según los resultados obtenidos, “las
variedades transgénicas han presentado menos contenido en
micotoxinas”, tras asegurar que la presencia de estas sustancias
tóxicas “ha estado relacionada con el ataque de taladro”. Por
ello, el maíz biotecnológico que incluye la protección contra la
plaga, de acusada presencia en el Valle del Ebro (Aragón y
Cataluña), implica una fuerte
reducción de micotoxinas, además de alcanzar mayores
producciones que las variedades convencionales, en torno a los
1.000 kg más por cada hectárea. Los análisis del contenido en
fumonisinas han sido financiados por el Ministerio de
Agricultura , Pesca y Alimentación (MAPA), y las muestras de las
variedades de maíz han sido suministradas por institutos
autonómicos como el IRTA (Cataluña), el Instituto de Formación
Agraria y Pesquera de Andalucía (Ifapa), o el Centro de
Transferencia Agroalimentaria de la Diputación General de
Aragón, entre otros.
Por su parte, Ana Hurtado, técnico de la
Asociación de Fabricantes de
Piensos (Cesfac), señaló que las micotoxinas están presentes
en un 25% de las partidas de cereales y que la Unión Europea
también considera necesario que se controles los márgenes de
presencia en los productos destinados a consumo humano o animal.
Recordó que pueden ser causa de intoxicaciones alimentarias, que
conllevan un fuerte “impacto económico” y que el problema debe
paliarse con controles, normativas y, sobre todo, con
prevención. |
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