Madrid, Spain
April 4, 2007
Source:
Fundación Antama
Un grupo de biólogos de Idaho
(Estados Unidos) han empleado técnicas de ingeniería genética
para lograr patatas con más sabor y resistentes a magulladuras y
al nacimiento de brotes, según recoge la lista de distribución
de noticias Agbioworld.
Los responsables de la compañía que desarrolla la investigación,
J. R. Simplot, productora de patatas congeladas, fertilizantes,
semillas y piensos para ganado, sostienen que todavía tendrán
que pasar entre cinco y diez años para que esta patata mejorada
genéticamente pueda ser comercializada.
Asimismo la estructura genética de este tubérculo, mejorada
gracias a la biotecnología, rechaza la formación de la
archilamida, una sustancia potencialmente cancerígena que se
puede detectar en las patatas fritas y horneado de productos
como el pan y las galletas. El reciente anuncio de la nueva
variedad, Russet Ranger, resalta el potencial de la
biotecnología para solucionar los efectos adversos que los
aperitivos fritos presentan para la salud.
De los aproximadamente 50.000 genes presentes en una patata, los
investigadores de Simplot han eliminado dos e introducido sus
réplicas que silencian efectos negativos que el consumo de este
producto puede ocasionar, asegura el biólogo líder de este
proyecto, Caius Rommens. Esta patata mejorada genéticamente
contiene un almidón más saludable, hasta en un 7%, y además
ofrece un sabor más intenso. El nuevo tubérculo permite además
un almacenamiento más duradero, antes de que sus componentes
comiencen el proceso de degradación.
El director de proyectos de biotecnología del
Centro para la Ciencia de
Washington D.C., Gregory Jaffe, subraya la importancia crucial
de que los alimentos mejorados genéticamente sean adecuadamente
evaluados, para que, posteriormente, sea el consumidor quien
decida consumirlos.
Por su parte, Jeff Stark, agrónomo que participa en el programa
para la patata de la Universidad de Idaho (Estados Unidos),
sostiene que las variedades modificadas genéticamente de este
producto tendrán éxito entre los consumidores si éstos conocen
sus beneficios para la salud. “El público tenderá a mostrarse
más receptivo a aceptar los organismos modificados genéticamente
en los alimentos en la medida en que mejoren su salud”. En su
opinión, se trata de una “opción muy viable”.
Hace unos meses, una encuesta realizada por científicos del
Centro Internacional de la Patata (CIP) de Perú señalaba que los
agricultores minoristas del país andino se mostraban interesados
en las variedades modificadas genéticamente de este producto, y
que el 97% pagaría más por una patata MG resistente a insectos. |
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