Madrid, Spain
March 24, 2006
Source:
CropBiotech Update
Coexistence possible, say Spanish scientists
Scientists and farmers have declared that coexistence
among genetically modified, conventional, and organic
crops is feasible, and have urged the government to take
into account the research initiatives carried out on the
topic, and to formulate policies accordingly. This is
the outcome of a meeting on coexistence that took place
at the end of March at the Polytechnic University of
Madrid, organized by the General Association of Maize
Producers (AGPME), the news agency Efeagro, and the
Antama Foundation. Antama is a not-for-profit
organization committed to share information on the
potential benefits of biotechnology to agriculture.
Coexistence is possible, participants to the meeting
agreed, as long as farmers use seed supplies of
conventional crops in which the adventitious presence of
GM seeds does not exceed 0.5%. In addition, the use of a
buffer zone of 20 m around biotech crops planted with
the conventional variety is sufficient to assure
coexistence. Dr. José Ignacio Cubero, professor in the
Department of Genetics and Crop Improvement of the
University of Córdoba, said that legislation measures on
coexistence should be based on scientific knowledge, and
that there is a tendency among European governments to
ignore scientific evidence when deciding on the required
separation distances. |
Source:
Fundación Antama
Reclaman a la Administración que respete las investigaciones
realizadas sobre esta materia y regule en función de ellas
Un
grupo de científicos y agricultores aseguró ayer que “es
posible” en España la coexistencia de los cultivos transgénicos
con los ecológicos y convencionales, y solicitó a las
Autoridades que tengan en cuenta las investigaciones científicas
desarrolladas al respecto a la hora de regular esta cuestión. El
lugar de encuentro fue la Jornada Técnica sobre coexistencia de
cultivos que organizaron la Asociación General de Productores de
Maíz (AGPME) y la agencia de noticias Efeagro, en colaboración
con la
Fundación Antama, y que
se celebró en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros
Agrónomos (ETSIA) de la Universidad Politécnica de Madrid.
Las
conclusiones a las que se llegó al término de la jornada fueron
sido leídas por el presidente de la AGPME, Agustín Mariné, quien
destacó los siguientes puntos:
-
Es posible la coexistencia entre cultivos derivados de
organismos modificados genéticamente (OMGs), ecológicos y
convencionales.
-
Para no sobrepasar el umbral del 0,9% de presencia de OMGs
en las plantas es imprescindible que los agricultores usen
lotes de semillas cuya presencia adventicia de OMGs no
supere el 0,5%.
-
Sembrar una barrera de 10 metros con una variedad
convencional junto al cultivo es más eficaz, para asegurar
la coexistencia, que mayores distancias sin cultivo
intermedio.
-
No se entiende que la Administración permita el consumo de
variedades transgénicas que luego no se puedan cultivar.
-
La biotecnología es una técnica de largo alcance que
permitirá solucionar problemas tanto para agricultores como
para consumidores, que hasta ahora resultaban de difícil
arreglo.
Otra
visión más desde la óptica de los agricultores la ofreció en la
mesa debate Gonzalo Niubó, quien lleva cultivando maíz
transgénico Bt en Lérida desde 2003. Aseguró que empleando
variedades transgénicas ha conseguido un “incremento de la
producción en un 30% en los últimos tres años”, que “no ha
experimentado ningún problema de coexistencia con las parcelas
vecinas de maíz convencional” y que “el maíz Bt ha supuesto una
solución muy buena para las siembras de maíz de segunda
cosecha”, en las que el riesgo de ataque de la plaga del taladro
es mayor. Por todo ello, solicitó a la Administración que “se
crea” los estudios realizados por los científicos en materia de
coexistencia y reclamó que “los políticos nos dejen trabajar a
los agricultores”.
El
primero de los ponentes de la jornada, el catedrático de
Genética y Mejora de las Plantas de la Universidad de Córdoba
Dr. José Ignacio Cubero demandó, en referencia a la legislación
de la coexistencia, que “todas las medidas a tomar deben basarse
en el conocimiento científico” ya que, según aseguró, “la
tendencia de algunos gobiernos europeos es prescindir de los
estudios científicos y fijar con total arbitrariedad una
distancia [entre cultivos] muy superior” con el objetivo de
dificultar la difusión del maíz transgénico.
Por
su parte, el investigador Dr. Emilio Rodríguez Cerezo,
perteneciente al Centro Común de Investigación (JRC) de la
Comisión Europea, explicó las conclusiones del estudio sobre
coexistencia que este organismo acaba de publicar. En este
sentido, subrayó que “la coexistencia es posible” para un umbral
de presencia adventicia de OMG del 0,9% siempre que se empleen
semillas cuya presencia adventicia de OMG no supere el 0,5%, sin
necesidad de cambiar las prácticas de cultivo en los casos del
arroz, algodón y remolacha azucarera, y con unos cambios basados
en prácticas comunes en el caso del maíz.
La
investigadora del Instituto de Recerca y Tecnologías
Agroalimentaries (IRTA) de Cataluña, la Dra. Quima Messeguer,
afirmó que “una distancia de seguridad de 20 metros sería
suficiente para garantizar la coexistencia”, basándose en los
estudios de campo que ha realizado en zonas de Lleida y Girona y
en parcelas de un tamaño medio de dos hectáreas. Asimismo
consideró, en referencia a la planificación de barreras como
sistema para garantizar la coexistencia de cultivos, que sembrar
una variedad no OMG junto al transgénico genera mejores
resultados que dejar el mismo espacio libre o como un camino.
En
el plano de los consumidores, el secretario general de la
Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos
para Animales (CESFAC), Jorge de Saja, señaló que el 100% de los
piensos que se consumen en España “son transgénicos” y que en la
Unión Europea lo son el 90%. Además, expresó la postura de su
colectivo acerca de los transgénicos: “Alteraremos nuestras
decisiones de compra de materia prima cuando nuestro cliente nos
lo pida, o cuando quiera pagar un suplemento de precio” en el
pienso. Por ello, finalizó, la regulación estricta de la
coexistencia de cultivos convencionales y OMGs les preocupa
“únicamente en la medida en que pueda reducir la disponibilidad
de materia prima”.
En
una Mesa Redonda moderada por el director de Efeagro, José Luis
Murcia, un miembro del Comité de Agricultura Ecológica de la
Comunidad de Madrid, Jesús Vadillo, explicó que los cultivos
transgénicos “se oponen a la propia filosofía” de los ecológicos
y puso el siguiente ejemplo: usar una soja resistente al
glifosato no es ecológico ya que el herbicida “está prohibido”
en cosechas ecológicas. Asimismo subrayó que el límite de
tolerancia de presencia de OMGs es “cero”, y que si se detecta
un residuo “queda fuera de la cadena de comercialización”.
El
catedrático de Fitotecnia de la Universidad Politécnica de
Madrid, el Dr. Pedro Urbano, que también participó en la Mesa
Redonda, expuso la posición de la plataforma Foro Agrario, que
él preside, y consideró que, en líneas generales, “los aspectos
sanitarios y ambientales no tienen nada que ver con la
coexistencia, al haber sido considerados adecuadamente en el
procedimiento de autorización, aplicando la normativa
correspondiente”. Hizo hincapié en que las medidas que puedan
tomarse en relación con la coexistencia “deben estar siempre
basadas en el conocimiento científico”. Por su parte, el
director general de Agricultura de la Comunidad de Madrid, Luis
Sánchez, recalcó que el Gobierno regional apoya sin
restricciones la coexistencia de los tres tipos de agricultura
“ya que cada una tiene su razón de existir”, y aseguró que la
Administración tomará “buena nota” de las conclusiones de la
jornada “para informar a agricultores y consumidores”.
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