Madrid, Spain
March 20, 2006
La
Asociación General de Productores de Maíz (AGPME) y EFEAGRO
organizan la jornada:
Coexistencia de cultivos transgénicos, ecológicos y
convencionales.
Retos de futuro tras ocho años de convivencia
Se celebrará este jueves 23 de marzo en la
Escuela de Agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid
La Asociación General de
Productores de Maíz (AGPME) y la agencia de noticias EFEAGRO
organizan este próximo jueves, 23 de marzo, en Madrid, la
jornada Coexistencia de cultivos transgénicos, ecológicos y
convencionales. Retos de futuro tras ocho años de convivencia.
El emplazamiento será la Escuela Técnica Superior de Ingenieros
Agrónomos (ETSIA) de la Universidad Politécnica de Madrid, en la
Ciudad Universitaria, y contará con la colaboración de la
Fundación Antama.
En
la jornada se darán cita diversos científicos que han tratado en
sus investigaciones la cuestión de la coexistencia de cultivos.
Entre ellos figuran el Dr. Emilio Rodríguez Cerezo, del Joint
Research Centre (JRC-IPTS), dependiente de la Comisión Europea;
la Dra. Quima Messeguer, investigadora del Instituto de Recerca
y Tecnologías Agroalimentaries (IRTA) de Cataluña y el Dr. José
Ignacio Cubero, Catedrático de Genética y Mejora de Plantas de
la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y de Montes
(ETSIAM) de la Universidad de Córdoba. La segunda parte de la
jornada consistirá en una mesa redonda, moderada por el director
de EFEAGRO, José Luis Murcia, en la que un grupo de agricultores
y representantes de los productores de maíz, único producto MG
que se cultiva en la Unión Europea, debatirán sobre la necesidad
de que se garantice su libertad para elegir unos cultivos u
otros.
Los
agricultores españoles son hoy el referente europeo en la
gestión de la coexistencia entre cultivos convencionales,
ecológicos y transgénicos. Éstos últimos, derivados de plantas
modificadas genéticamente (MG), han sido autorizados siguiendo
un estricto proceso de evaluación, para que su empleo se lleve a
cabo sin problemas para las personas o el medio ambiente.
Precisamente, dentro de dos semanas, del 4 al 6 de abril, se
celebrarán en Viena las jornadas Co-existence of genetically
modified, conventional and organic crops – freedom of choice,
que pretenden alumbrar la perspectiva de los países integrantes
de la Unión Europea en esta materia.
El
JRC-IPTS acaba de publicar casos de estudio, centrados en los
cultivos del maíz, remolacha azucarera y algodón, para
identificar cómo pueden reducir los agricultores que cultivan
variedades modificadas genéticamente la presencia accidental de
OMGs en las cosechas vecinas que no son transgénicas. Empleando
simulaciones de flujo genético que tienen en cuenta paisajes
agrícolas reales, así como opiniones de expertos, el estudio
concluye, tal y como afirma Rodríguez Cerezo, que “la
coexistencia al umbral del 0,9% es posible a nivel regional sin
cambios en las prácticas agrícolas actuales de remolacha o
algodón”. Para el caso del maíz, añade, “los resultados indican
la necesidad de tomar medidas en el caso de ciertas parcelas
particularmente afectadas por la polinización cruzada, debido a
su forma, tamaño y posición relativa a parcelas vecinas con
cultivos OMGs”.
Por
su parte, Quima Messeguer, que ha realizado ensayos para
estudiar el fenómeno de la coexistencia en varias parcelas de
Cataluña de unas dos hectáreas de tamaño medio, asegura que en
zonas que presentan una estructura parcelaria similar a las
estudiadas “una distancia de seguridad de 20 metros sería
suficiente para garantizar la coexistencia”. La investigadora
sostiene que “distancias de separación superiores, además de no
ser necesarias, representarían una “moratoria de facto para el
cultivo del maíz transgénico, ya que el tamaño de las parcelas
no permitiría el cultivo de maíz transgénico en la mayoría de
los campos”.
El
cultivo de variedades MG se promueve actualmente desde las
empresas productoras de semillas, con unas recomendaciones para
que, de acuerdo con el umbral de tolerancia establecido en el
0,9%, su cultivo no obligue a etiquetar como cosecha transgénica
los granos producidos por los vecinos que no desean etiquetarlo.
A pesar de que la coexistencia es una cuestión puramente
económica, independiente de la seguridad, se han planteado
nuevas reuniones y propuestas de endurecimiento que podrían
comprometer su futuro. |