Spain
December 12, 2006
Source:
Fundación Antama
Manuel Pérez
Mateos, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la
Universidad de Burgos:
“Los transgénicos están aquí y han venido para
quedarse”
El catedrático de Bioquímica y Biología Molecular
de la Universidad de Burgos,
Manuel Pérez Mateos, asegura que la seguridad sanitaria de los
alimentos transgénicos “es incluso mayor que la de los
convencionales” y que “no tiene sentido” estar en contra de esta
tecnología “que lo único que aporta es mayor precisión y
capacidad de control”. Tras recordar los datos del último
Eurobarómetro, publicado el pasado mes de mayo, que refleja que
los europeos se muestran más y mejor informados y con mayor
confianza en la biotecnología alimentaria, Pérez Mateos asevera:
“Los transgénicos están aquí y han venido para quedarse”.
Este catedrático dirige el departamento de
Biotecnología y Ciencia de los Alimentos de la Facultad de
Ciencias de la Universidad de Burgos (UBU), pionera en España en
impartir estudios de Ciencia y Tecnología de los Alimentos,
desde 1991. Pérez Mateos ha organizado, asimismo, el curso
Seguridad alimentaría. Biotecnología y alimentos, el pasado
mes de noviembre. En una entrevista concedida a Antama, subraya
que la biotecnología “ofrece soluciones alternativas” a los
“principales problemas base de la mayoría de crisis y conflictos
en el mundo: los alimentos, la salud, la energía y el medio
ambiente”.
Explica que el ser humano lleva practicando la
modificación genética desde la Antigüedad, y que lo “único
novedoso” de la ingeniería genética, empleada para conseguir
alimentos transgénicos, es que combina técnicas “mucho más
precisas y rápidas” que las tradicionales. “No tiene sentido
para mí estar en contra de esta tecnología”, apunta. Además, ve
necesario que exista en Europa “un gran debate social” sobre la
aplicación de la ingeniería genética “con rigor, dejando de lado
afirmaciones e informes sensacionalistas” que no tienen base
científica, como, en su opinión, se encuentran con frecuencia.
Respecto a la seguridad sanitaria de estos nuevos
alimentos, Pérez Mateos subraya que “es incluso mayor que la de
los convencionales, ya que no ha habido ningún alimento que haya
pasado más controles y con mayor profundidad que los
transgénicos”. Señala que los riesgos medioambientales de la
plantas modificadas genéticamente (MG) son “los mismos” que los
de las plantas no transgénicas. Y añade que muchos países en
desarrollo “están apostando decididamente por la biotecnología
molecular para la producción de alimentos”, como Argentina,
Brasil, China, Paraguay Uruguay, México, Colombia, Honduras,
Irán, Vietnam o Cuba. “Es difícilmente cuestionable que puedan
vivir sin transgénicos”, sostiene el catedrático.
“Los transgénicos están aquí y han venido para
quedarse”. Pérez Mateos basa esta afirmación en una serie de
datos que la avalan: desde 1996, la superficie cultivada con
variedades transgénicas ha ido creciendo “de forma imparable”
hasta alcanzar, en 2005, la “impresionante cifra” de 90 millones
de hectáreas, cultivadas por 8,5 millones de agricultores en 21
países, de los que 7,7 millones viven en países en vías de
desarrollo. Por último, considera que la biotecnología tiene
aplicaciones “innumerables e indescriptibles” y, entre otras,
cita las siguientes: alimentos con mayor contenido nutricional,
aceites ricos en ácido oleico saludable, soja no hidrogenada sin
grasas trans, tomates con mayor contenido en
antioxidantes, café descafeinado en la propia planta, tabaco sin
nicotina, vacunas orales y cervezas con menos calorías.
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