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La Ley de
Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados "no
es una carta en blanco a las empresas" que tengan
interés en comercializar productos transgénicos, aseguró
el científico del
Centro de Investigación y Estudios Avanzados
(CINVESTAV), Luis Herrera Estrella.
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En China e
India, el cultivo de tomate y algodón transgénico lo
llevan a cabo productores marginales con un grado de
éxito excepcional no solamente en el ámbito económico,
sino inclusive con beneficios en la salud de la
población rural y en sanidad agroalimentaria.
La agricultura
mexicana resultará beneficiada con un marco jurídico
apropiado en materia de bioseguridad, donde ya otros países
como Estados Unidos, Canadá, Brasil y Argentina discuten los
beneficios que reporta la utilización de la biotecnología,
pero sobre todo llevan la delantera y están aprovechando de
una manera favorable el enorme valor que tiene el mercado
agrícola mundial de organismos genéticamente modificados, el
cual asciende a los cinco mil millones de dólares.
No existe un
solo dato científicamente comprobado de que haya un daño a
La salud por los organismos genéticamente modificados ni
existe evidencia teórica imaginable de que la tecnología por
si misma pueda generar un daño a la salud, aseguró el
científico del Centro de
Investigación y Estudios Avanzados (CINVESTAV), Luis
Herrera Estrella.
Dijo que con
la producción de organismos genéticamente modificados,
México podría aumentar la superficie de cultivos como el de
la soya, y dejar de ser dependientes de las importaciones de
aceites vegetales del exterior, lo que se traduciría en
importantes ahorros en gastos y eventuales condiciones de
mejoría de la balanza comercial de nuestro país y reducir
los costos al consumidor.
Luego de
señalar lo anterior, Herrera Estrella subrayó que sería muy
positivo que las empresas interesadas en producir materiales
genéticamente modificados conocieran los requisitos que
deben cumplir y cuales serían las pruebas a nivel
experimental que tendrán que cubrir para incursionar con
productos modificados en este campo.
La Ley sobre
Bioseguridad, precisó, "no es una carta en blanco a las
empresas" que tengan interés en comercializar organismos
genéticamente modificados, es simplemente el instrumento
jurídico necesario para que todo aquel que quiera
incursionar en esto sepa las evaluaciones a que deben
someterse sus productos modificados y los experimentos que
debe enfrentar antes de pretender hacer negocio con estos
materiales.
Herrera
Estrella recordó que la historia registra una intervención
Directa del hombre en la evolución genética desde hace diez
mil años con la aparición de la agricultura y siete mil con
el mejoramiento animal. Comentó que a mediados del siglo
pasado se inició el trabajo con híbridos, lo que en su
momento resultó de un impacto altamente positivo sin afectar
la diversidad genética.
Pero lo que
más asombra del rechazo a la utilización en la agricultura
de estos materiales, explicó, es que en el campo de la
medicina, concretamente en la producción de vacunas y
hormonas, se vienen utilizando desde hace más de tres
décadas y nadie se ha opuesto a ello.
Actualmente en
Europa se le ha dado un fuerte impulso a la producción de
estos materiales, los cuales están siendo aprovechados y
comercializados con mucho éxito en los Estados Unidos, como
el algodón y maíz resistente al ataque por insectos, soya y
maíz resistente a herbicida, y los que están siendo
utilizados por los agricultores por sus importantes bondades
productivas.
El científico
mexicano comentó también que una de las posibilidades más
importantes en el uso de esta tecnología es el mejoramiento
de la calidad nutricional de los alimentos, y subrayó como
ejemplo que la producción de estos materiales podría
permitir la fabricación de alimentos que contengan más
vitaminas, más minerales o que contengan compuestos
antioxidantes que permitan prevenir o retrasar enfermedades
degenerativas.
Añadió que la
falta de vitamina A en los habitantes del continente
asiático es un problema muy serio, carencia que ha provocado
que 300 millones de personas que lo habitan estén ciegas,
por lo que utilizar arroz mejorado con ese elemento podría
resultar altamente benéfica para la salud de la población de
esa parte del mundo.
Mencionó los
casos sobresalientes del tomate y algodón genéticamente
modificado que se cultivan en la India y China, los cuales
trabajan productores marginales de esas naciones con un
grado de éxito excepcional no solamente en el ámbito
económico, sino inclusive en el sector de la salud.
Ejemplificó
que en el campo de la salud, los agricultores chinos tienen
cuatro años de haber iniciado a utilizar esta tecnología
resistente a insecticidas en algodón y han disminuido la
incidencia de intoxicaciones por herbicidas y algunas
enfermedades derivadas del uso de pesticidas entre la
población.
Por lo demás,
señaló que los agricultores en el mundo reconocen y ya usan
la tecnología que les permite producir más a menor costo,
además de que tienen décadas y generaciones de experiencia
que les permite conocer mejor lo que aplican y que les da
mayores ganancias.
La
biotecnología es uno de los conceptos que mayor rapidez de
aceptación ha tenido en el mundo, arriba de la telefonía y
la electricidad, las cuales tuvieron que pasar de cincuenta
a cien años para que entraran en operación, y en cambio
aquella solamente requirió de dos décadas para que tuviera
un avance espectacular.
Por otro lado,
Herrera Estrella dijo que México es cuarto en biodiversidad
en el mundo, además de ser centro de origen de un número muy
importante de las especies vegetales que se utilizan en la
agricultura mundial, como maíz, fríjol, chile, tomate,
calabaza, agave, cacao, nopal, girasol, aguacate y
cacahuate, entre otras muchas, lo que demuestra la
contribución importante hecha por México en las especies que
se cultivan en el mundo.
Señaló que
esto es resultado de que en el país ha habido culturas que
han modificado genéticamente organismos desde tiempos
ancestrales, como el maíz, donde nuestros ancestros
alteraron la evolución de los parientes del maíz para
obtener las variedades que actualmente conocemos.
En síntesis,
dijo, la producción de organismos genéticamente modificados
no debe asustar a nadie, lo único que debemos hacer es darle
el marco jurídico necesario para que se utilicen con
propiedad, además de que resulten benéficos para la economía
y la salud, entre otros segmentos.
El CINVESTAV
ha colaborado con la Secretaria de Agricultura, Ganadería,
Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación en investigaciones y
estudios relativos al tema de los organismos genéticamente
modificados en cultivos en cultivos como el maíz.